2/12/2007

La antigüedad vuelve al hogar

Seguro que muchas veces se ha preguntado usted qué hacer con ese mueble viejo arrinconado en el trastero de su casa. Le podría dar muy buenas ideas una exposición reciente que presenta numerosas propuestas para acercar las antigüedades a ambientes modernos con la finalidad de demostrar que estos objetos también pueden ser útiles. El resultado: una combinación con identidad propia, minimalista.

Candelabros del siglo XVIII, revisteros de madera de ébano, lámparas, esculturas africanas combinadas con mesas, sofás, muebles de cocina y de dormitorio de un solo color y muy austeros. El secreto de este innovador ambiente pasa por juntar piezas antiguas con entornos minimalistas, más propios de la modernidad, con el fin de dar protagonismo y funcionalidad a las reliquias del pasado.

“Estas piezas tienen una fuerza tal que debemos mostrarlas con mobiliario simple”, comenta Elina Vilá, que junto a Agnès Blanch forman el equipo de interioristas de Minim, un estudio de mobiliario convertido en referente del diseño contemporáneo de Barcelona. Ellas han creado la exposición ‘Flashback’, que se presenta en Barcelona en el marco de la muestra Antiquaris 2007, el salón de antigüedades y arte moderno de la ciudad que se celebrará en marzo.

Antigüedad y modernidad pueden complementarse sin impedimento alguno, creando así espacios armónicos. “Hoy en día no renunciamos a lo contemporáneo porque no podemos”. Partiendo de esta base, Minim saca a la luz diseños de las firmas más actuales, referentes a escala mundial.

Cappellini, Molteni, Living Diván, Dada Cucine, Zanotta, Knoll y Casamilano, una selección original (casi todos italianos) y de máxima calidad elegida según tres criterios: diseño innovador, de calidad y complementario, para que el cliente pueda elegir entre distintas opciones. Se trata de un material simple pero del que no podemos prescindir debido a las exigencias de la vida moderna. Sin embargo, ‘Flashback’ sugiere no renunciar tampoco a las antigüedades, sino al contrario: contrastarlas con lo contemporáneo.

“Hay muchas historias que no sabemos detrás de estos muebles”, dice Vilá. La interiorista cree que el vestigio que traen consigo las piezas adquiere más protagonismo si convive con ambientes sobrios. “Si conservas el mueble es porque te gusta”, añade. Por eso, opina, es necesario sacarle el máximo partido superponiéndolo a un entorno mucho más sencillo.

Pero ¿cómo conseguir que una antigüedad armonice con un mueble de las marcas más representativas del diseño sesentero hasta el actual? Para Vilá, lo importante es saber “jugar con las piezas y meterlas en lugares distintos a los habituales”, desde la sala de estar al comedor o cocina. En definitiva, hay que aplicar lo que la interiorista llama “combinación chiste”: dar un punto de gracia a los espacios del hogar.

Así, en ‘Flashback’ podemos encontrar una cama de la diseñadora asturiana Patricia Urquiola, que trabaja para la reconocida firma italiana Molteni, junto a un banco de madera, también italiano del siglo XVIII, una combinación muy vanguardista e incluso un tanto lujosa. Más sencilla, aunque no menos innovadora, es la estantería de Jean Nouvel, arquitecto de la Torre Agbar de Barcelona, que sostiene un reloj de péndulo del siglo XVI francés.

Las antigüedades expuestas son muy variadas y la mayoría tienen como mínimo cien años. En el espacio recreado se puede ver desde una mesa de arquitecto francesa en madera de nogal macizo de 1790 hasta un candelabro de bronce francés del siglo XIX.

La interiorista Vilá afirma que muchas de estas reliquias ya no se utilizan en la actualidad y, si quedan, hay muy pocas. Por ejemplo, ¿quién dispone ahora de un sofá “bis à bis”, también conocido como “Tú y yo”, una pieza en forma de S hecha de madera de finales del siglo XIX? O, como dice Vilá, ¿quién tiene el tiempo para sacarle funcionalidad y sentarse a hablar cara a cara con quien sea?

La propuesta se va a invertir cuando se celebre el Salón e Anticuarios del próximo mes de marzo. Allí, como ya se hizo el año pasado, vuelve a ser Mini quien decora las zonas de descanso con muebles de las últimas tendencias en diseño que destacan entre la multitud de antigüedades de la feria. El objetivo es, de nuevo, resaltar la belleza y la funcionalidad del viejo material.

“Nos gusta trabajar con esta línea, somos un salón innovador”, declara Sílvia Mas, directora de Antiquaris. Mas comenta que ya en la edición pasada se experimentó con estas “zonas de descanso modernas” y “funcionó bien”.

Una vez más, Mini quiere dejar claro que modernidad y antigüedad pueden combinarse sea cual sea el espacio. Ya pueden sacar del trastero esa silla de sus abuelos o ese espejo de cuando sus padres eran bebés y buscar el sitio más adecuado del hogar para colocarlo.

Fuente: El Diario
Autor: Dúnia Riera/REPORTAJES ESPECIALES efe


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