7/16/2007

Vitra show El Hollywood de los diseñadores

En sentido estricto, Vitra es una fábrica, un centro de mando del gigante del diseño mundial. Sin embargo, la pasión por la arquitectura de Rolf Fehlbaum, presidente de la empresa, ha terminado por crear en esta esquina de Alemania, a dos paso de Basilea (Suiza), un centro de peregrinaje para los aficionados al diseño, un pequeño tesoro en el que han colaborado algunos de los mejores arquitectos del mundo. Paso a paso, la fábrica se ha ido transformando inevitablemente en museo.
Esa es la primera impresión que se percibe en una visita por el Vitra Campus, en la localidad alemana de Weil am Rhein, un espacio abierto, con un fondo de montañas, donde destaca el imponente edificio de Frank Gehry, el primero que el arquitecto californiano construyó en Europa, aunque, más adelante, se pueda descubrir otro de Tadao Ando, uno de Alvaro Siza con aire industrial, un parque de bomberos (que por supuesto ya no es tal) de la iraquí Zaha Hadid, las naves de producción de Nicholas Grimshaw y dos lujos más: el puesto de gasolina de Prouvé y la parada de autobús de Jasper Morrison.
Los «gourmets» de la arquitectura, el interiorismo o el diseño industrial saborean sin disimulo este apasionante centro de creatividad, las idas y venidas de personalidades del sector. En medio del ajetreo que precede a una inauguración vemos, subido a una escalera, a uno de los hermanos Campana rematando su instalación; en el bar, junto a una cerveza, descansa Alberto Meda; en el paseo entre edificios, pegado a un iPod, anda uno de los Bourullec. Y allí cerca, bajo un cerezo, conversan Ron Arad, Hella Jongerius, Zaha Hadid y Greg Lynn. Como para que se desmaye de la emoción cualquier estudiante de arquitectura, aunque haya que aclarar que esto no pasa todos los días.
Vitra es algo más que una empresa de 57 años, dedicada, sobre todo, a la fabricación de sillas. Se trata de la obra personal y arriesgada de su presidente Rolf Fehlbaum, un apasionado del diseño contemporáneo y un coleccionista que en lugar de cuadros, atesora arquitectura y diseño. ¿Quién si no en el mundo puede contar con tres Gehrys, un Ando, un Hadid, un Siza y un Prouvé como si se tratara de tapices flamencos, además de un museo, el Vitra Design Museum, donde aloja su inmejorable colección de sillas, probablemente la mayor del mundo, con unas tres mil piezas?
Este verano, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Charles Eames y del cincuentenario de su fructífera relación profesional y de amistad, Fehlbaum apuesta por dos exposiciones de antología: la primera es «My Home», en la que siete diseñadores y arquitectos de la talla de los hermanos Bourullec, los brasileños Campana, la diseñadora holandesa Hella Jongerius o el arquitecto estadounidense Greg Lynn, entre otros, transforman el interior del Vitra Design Museum instalado en el mítico edificio de Gehry en siete espacios experimentales donde desvelan en un utópico (o a lo mejor no tanto) modo de vida, su filosofía, sus preocupaciones, sus soluciones de habitabilidad y en el que tienen la oportunidad de experimentarlas dando un toque rebelde a este siglo que acaba de empezar.
Así, según se llega al acceso principal, revestido por los hermanos Campana con paja al modo de una cabaña en la playa, se entra casi en un campo de investigación. El estudio de Jurgen Bey experimenta con unos muros de papel y grafismos para los espacios de vida y trabajo; los Bourullec, siempre pendientes de dar intimidad a las áreas comunes, proponen una zona de descanso y relax aislada con un material textil que se puede modificar fácilmente; Jerszy Seymour ha inventado un plástico biológico realizado a base de la piel de las patatas y que sirve para múltiples usos dada su flexibilidad y dureza; Jürgen Mayer proyecta un espacio lleno de color que homenajea el edificio en el que se ubica con un grafismo geométrico a base de pinturas termo sensibles que dejan huella.Y así hasta los siete espacios.
La otra exposición es la segunda Vitra Edition instalada en la preciosa carpa poliédrica de Buckminster Fuller. La describen como un laboratorio donde arquitectos y diseñadores tienen la libertad de crear instalaciones y muebles experimentales, sin cortapisas; es decir, no hay límites tecnológicos para estas piezas y sin embargo están a su disposición todos los medios técnicos de Vitra. Esto da como resultado unas piezas dudosamente prácticas o comerciales, pero sí sorprendentes y muy libres, apreciadas por los coleccionistas. En la primera edición, organizada hace 20 años, todo un plantel de gurús del diseño crearon piezas no todas reeditadas por Vitra, que se han convertido en una referencia cotizada por los coleccionistas.
En la edición de este año, sus protagonistas son algunos colaboradores habituales de la empresa, como Hella Jongerius o Alberto Meda; otros que mantienen un contacto especial, como Zaha Hadid o Greg Lynn, y otros que trabajan por primera vez para ellos como Fukasawa, Jurgen Bey o los brasileños Campana.
www.design-museum.de

Fuente: ABC
Autor: PATRICIA ESPINOSA DE LOS MONTEROS


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