CRISTINA VENTURA ESTEBAN
DIRECTORA DE IDIT UNIVERSIDAD CEU CARDENAL HERRRERA
Hay innovaciones que nacen de un instante de genialidad, pero la
mayoría especialmente las de éxito, son el resultado de la búsqueda
consiente y deliberada de oportunidades”. Peter Drucker. El sistema
productivo actual nos exige que todo sea muy rápido y que los cambios sean
continuos, por lo que un producto no puede ser el mero resultado de la
experimentación.
El diseño se ha convertido en un arma imprescindible, como valor estratégico
de los productos que deben sobrevivir en un entorno cada vez más competitivo
y globalizado.
Invertir en diseño supone asumir riesgos. Todo lanzamiento de un nuevo
producto o de una nueva actividad implica la posibilidad de equivocarse o de
triunfar, y en la medida que se analicen todos los factores que amenazan el
resultado, disminuiremos el riesgo al fracaso que ello supone.
El mercado está colmado por un gran número de objetos y productos similares
que crean ciertas confusiones ante los consumidores. Darle a un nuevo
producto un perfil competitivo se ha hecho cada vez más difícil. Es aquí
donde el diseño juega un papel muy importante y es la empresa quien debe
asumirlo. El diseño abarca la globalidad de la estrategia de la empresa
tanto a nivel corporativo y de gestión como de producto/servicio, debe
entonces funcionar como eje central integrador entre las diferentes áreas de
la empresa por lo que el trabajo debe ser multidisciplinar y en equipo. El
diseñador debe desempeñar un papel coordinador y gestor de todo el proceso
por lo que su actividad debe ser Integradora; colaborando en todos los
niveles de decisión de la organización.
Una empresa que invierte en desarrollo de producto no solo apuesta por el
aumento de ventas, por disminuir la cantidad de devoluciones y errores en
los productos y por el reconocimiento en un mercado donde el cliente es cada
vez más exigente; sino por aumentar la capacidad organizativa,
diferenciadora e innovadora que se refleja en la competitividad y
continuidad de la empresa.
Cómo lograr un producto de éxito?
El diseño como elemento clave en la gestión de su empresa no es una
estrategia de marketing o de venta, es una herramienta de mejora continua
que apoya el camino hacia el éxito que no es resultado de la casualidad sino
de un proceso trabajo. Como herramienta, el diseño cubre las necesidades y
perspectivas externas, es decir, del usuario e internas, de la empresa,
generando unión entre las dos. El diseño es más que estética, es
funcionalidad e interacción entre las personas y los productos como también
entre las diferentes disciplinas.
Algunos aspectos importantes que se tienen en cuenta por parte de los
diseñadores y que el empresario debe entender para una buena gestión de
producto consisten en:
• Estar predispuestos a la innovación
• Generar políticas internas de gestion y comunicacion
• Pensar en el usuario final
• Introducir tecnologia
• Introducir elementos de calidad
• Racionalizar y sistematizar el proceso de desarrollo de nuevos productos
• Investigar sobre nuevos recursos productivos
• Optimizar e individualizando la comunicación del producto
• Dar fluidez a la red comercial del producto
• optimizar los sistemas de distribución
• Minimizar el impacto ambiental
• innovar en las categorias de productos
Esto se verá reflejado tanto internamente al ahorrar tiempo, energía y
dinero, como en el propio producto a través de la facilidad de uso, la
seguridad y lo más importante las ventas.
El diseño del producto parte y se desarrolla basándose en dos grandes
condicionantes o presupuestos: Por un lado, la realidad externa: el marco
socioeconómico y cultural en que debe diseñarse. Por otro, la realidad
interna: los objetivos y recursos concretos de la empresa.
Ambas realidades exigen un conocimiento profundo, previo a la configuración
del objeto. De aquí que la asociación del Diseño al Márketing sitúe ambas
disciplinas como puente entre la empresa y el mercado. El Márketing realiza
esta labor desde el campo de la investigación; el Diseño, como traductor –
intérprete de los resultados de la investigación al objeto industrial.
Pero, más allá de esa aproximación, es relevante considerar cuál puede ser
el papel que ejerce el diseño industrial en los procesos de innovación: el
diseño como elemento integrador ente la industria y el consumidor.
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